LA NIÑA MáS LINDA







Uno de los conocimientos más importantes de tantos de los que he recibido en estos dos últimos años, es el de ser TÍA, y desde que convivo con Luziane puedo afirmar que sé lo que es ser tía-maestra, mamá y sobre todo líder de influencia. Desde hace 2 años mi hermana Rocio se quedó a vivir en mi casa, a causa del nacimiento de su primogénita a quien llamó Rihanna Luziane. La estimulación temprana en la adquisición de nuevas habilidades, actitudes y comportamientos, ha sido fundamental para que el desarrollo de Luziane sea más eficaz y rápido. Sin embargo, veo qué terrible daño y atraso ocasionan los padres, cuando en vez de ayudar entorpecen el proceso de desarrollo del niño. He observado que Luziane, siendo hija única de madre soltera, es una niña que ha llegado a un estado de atraso en su conducta y en su salud física. A continuación daré a conocer algunas conclusiones personales acerca de la composición del ser humano y posteriormente describiré cómo ha sido el desarrollo de Luziane paso a paso, basado en este análisis:






EDUCACIÓN ESPIRITUAL




Todo ser humano está compuesto por tres dimensiones: física o biológica, emocional o psicológica y espiritual. Siendo los niños, seres puramente sensitivos, todo estímulo que ellos en sus primeros años reciben, lo adquieren básicamente desde su dimensión espiritual; por esto es fundamental generar un ambiente de mucho afecto y confianza en ellos. Si bien es cierto, los padres son los primeros llamados a amar a sus hijos, no podemos obviar un punto central: la fuente principal del primer y perfecto amor es Dios, y si se pretende amar a un hijo pasando por alto este conocimiento, toda educación espiritual será vana. Sentar las bases para el desarrollo de un niño seguro de sí mismo, no sólo se centra en promover sus talentos artísticos o intelectuales, e incluso sociales; el éxito de todo niño y sobre todo de toda persona humana, siempre se basará en su convicción y acción de su potencial de acuerdo al propósito del amor de Dios.

Cuando los padres traen hijos al mundo, adoptan muchas posturas para enfrentar la crianza/educación del recién nacido. He observado tantas formas de crianza, la mayoría muy agresivas y algunas pocas muy sabias y afectivas. Es verdad que nadie estudia para ser papá o mamá, sino que - lamentablemente - como decía la chilindrina "echando a perder se aprende" .
Según mi punto de vista, a la crianza de los chicos la voy a denominar crianza/educación por no decir sólo lo último, puesto que el criar más que "estar al lado de" es "guiar, educar, iluminar, proveer, transmitir, y todo lo que implica enseñar con afecto". En este proceso de crianza/educación, uno de los aspectos que más me sorprende y conmueve a la vez es el hecho de encontrar niños que son obligados a vivir infelices por las necesidades económicas de los padres. Al parecer la familia en sectores económicos y sociales pobres (en materia y/o espíritu) sustenta el progreso y la felicidad en la cantidad de dinero que suministran; cuando en el fondo, sabemos que el dinero ni el mejor trabajo va a traer la unidad, la paz y el amor en un hogar.

Observo que nuestra sociedad peruana está muy mentalizada en creer que para ser feliz hay que tener dinero y éxito lo más rápido posible. Yo soy una amante del progreso y del éxito; sin embargo estas metas son el resultado de un proceso no sólo material, sino primeramente psicológico y sobre todo material.

Nuestra niñez crece con tantas carencias de querer algo, de recibir, de anhelar, de soñar, y de ver frustrados sus sueños de infancia. Recuerdo claramente mi infancia: tenía unos padres que podían dármelo todo, pero sólo lo hacían cuando yo les rogaba mucho, y esto únicamente, cuando algún deseo mío coincidía con algún deseo de ellos, ejemplo: ropa y zapatos. Sin embargo, a la hora de soñar acerca de un juguete, o de hacer algo como cantar, bailar o actuar, obtenía casi siempre una expresión de rechazo y de burla, lo cual traía en mí una profunda frustración. Paradójicamente mis padres siempre creyeron que fueron los mejores, siempre juzgaron mi comportamiento rebelde, tachándome hasta de endemoniada y drogada.

Ahora que tengo 28 años, y puedo ver la crianza/educación de tantos niños, entre ellos el de mi sobrina de apenas 2 años; me doy cuenta del daño irreparable que los padres causan a los hijos cuando se centran básicamente en lo material, en cubrir sus expectativas personales de que el hijo esté bien vestido, bien peinado, bien bañado y bien alimentado; claro que esto es super importante, no estoy en contra de ello, pero sí en contra del desequilibrio en la crianza.
Es imposible que un hijo que encuentra su satisfacción personal únicamente en lo superficial, aprenda a reconocer la felicidad o el amor de los valores espirituales que la vida trae a todas las personas.


junio 2011